Y usted cuanto gana? El verdadero concepto de riqueza

y usted cuanto gana el verdadero concepto de riqueza

En los últimos meses en Pereira hemos visto un fenómeno interesante. Con frecuencia, los fines de semana llega gente de Bogotá y de Medellín con la disculpa de que vienen a ver cómo es vivir en Pereira pues están cansados de los trancones.

“Es que la vida se ha vuelto invivible, Andrés. Ya el tiempo no rinde para nada. Me la paso el día entero metido en un trancón de una cita a otra y ya ni siquiera veo a los niños. Usted vive en un paraíso!”

(yo me muero de la risa…) “Gracias” le respondo. “Así es. Este es un vividero espectacular! La gente es querida, el clima es agradable, la comida es deliciosa y los foráneos son muy bienvenidos si llegan con la actitud correcta.”

La conversación continúa de manera fluida hasta que invariablemente hacen una pregunta competitiva que cambia el curso de la charla. “Y usted cuánto gana?” me preguntan en tono retador aunque mi respuesta siempre es la misma.

“Yo gano una fracción de lo que usted gana en Bogotá pero vivo feliz y dichoso.”

“¿Cómo así? No le entiendo…” me dicen con ojos incrédulos.

“Le voy a explicar: Yo gano mucho menos que usted porque en esta ciudad los salarios y los ingresos son mucho más bajos que en Bogotá. A pesar de eso, yo veo verde todos los días, vivo en una casa preciosa, recojo a mi hijo en el colegio todos los días, paso la tarde con él y hago ejercicio con mi esposa todas las tardes. Como si fuera poco, tengo un trabajo espectacular que me encanta y que me da lo suficiente para vivir y para ahorrar un poco.”

Luego les digo: “El costo de vida en las ciudades intermedias es mucho más bajo que el de ciudades grandes como Bogotá, Medellín, Cali o Barranquilla. Eso nos permite vivir muy bien con mucho menos”

AL GRANO

Comparar lo que usted gana con lo que gana otra persona no es lo adecuado pues le va a arrojar una cifra que no va a hacer otra cosa que confundirlo. Lo que usted debe preguntarse es ¿Cuánto necesito para vivir en esa ciudad? Y luego hacer la pregunta complementaria ¿Puedo acceder a puestos de trabajo que paguen esa cantidad con relativa facilidad?

Le voy a explicar con un ejemplo. Un profesor universitario de tiempo completo en una universidad en Londres, Inglaterra gana unos 85.000 euros al año (289 millones de pesos). El mismo profesor en una universidad en Groningen, Holanda gana unos 73.000 euros al año (248 millones de pesos). Ese mismo profesor en Bogotá gana unos 84 millones de pesos al año. Y si trabajara en una universidad en Pereira, estaría ganando unos 60 millones de pesos al año.

Es la misma persona, sabe lo mismo, enseña lo mismo, come lo mismo. Entonces, ¿por qué semejante diferencia? Sencillo, se trata de ciudades diferentes con costos de vida diferentes. No es lo mismo pagar la cuota de una casa en Londres que hacerlo en Pereira. No vale lo mismo una lechuga en Groningen que en Bogotá. La pregunta de fondo es ¿quién es más rico? A simple vista pareciera que el que está en Londres pues gana mucho más que el de Pereira pero esto sería un contundente error. La forma de aproximarse a esta pregunta debe ser distinta. Este interrogante debe abordarse desde la óptica de ¿cuánto de su ingreso es capaz de ahorrar el profesor que está en Londres, el que está en Groningen, el de Bogotá y el de Pereira? Luego de saber cuánto es capaz de ahorrar se debe preguntar, ¿y eso para qué le alcanza? ¿porcentualmente, cuánto de su salario es?

Se puede llevar una gran sorpresa al hacer este ejercicio. Es muy posible que su concepción respecto a los ingresos cambie rotundamente. En mi caso así fue.

Cuando entendí que no era cuánto gano yo sino para qué me alcanza y cuánto soy capaz de ahorrar, mi vida cambió. Dejé de preocuparme tanto por comparar con los demás y me ocupé más de asegurarme de ganar lo suficiente para mantener la calidad de vida que me gusta.

 

Por Andres Lobo-Guerrero

Andrés Lobo-Guerrero es el especialista de confianza al que acuden las personas que quieren mejorar sus habilidades de liderazgo y dejar un legado. Tiene el don de ver patrones y rasgos que la mayoría de personas no ve; sabe enfrentar la incertidumbre y hace las preguntas que muchos no se atreven a hacer.

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